No solo por la imagen tecnológica que aporta la implementación de este tipo de soluciones, sino porque los estudiantes del centro saldrán mejor formados e irán difundiendo una mejor imagen del centro.

Dados los complicados procesos en formación sanitaria, nuestras simulaciones permiten repetir los procesos una y otra vez evitando procesos complicados que alargan y dificultan la práctica, como por ejemplo el uso de cadáveres o pacientes reales.

La simulación virtual permite reutilizar los recursos que se crean, de modo que una vez diseñada una cápsula formativa, ya dispondremos de todos los recursos necesarios para formar a cientos, o miles de estudiantes sin tener que incurrir en costes adicionales cada vez.

Está demostrado que el aprendizaje que emplea la realidad virtual no es solo mucho más rápido que la formación en el aula física, sino que los entornos inmersivos de esta metodología reducen al máximo las distracciones y aumentan considerablemente el nivel de concentración de los alumnos.

La práctica en primera persona del aprendizaje virtual propicia la metodología learning-by-doing en un grado muy superior al aprendizaje convencional en formato libros o vídeos del sector sanitario. Y, cuanto mayor sea la interactuación del estudiante, mayor será su grado de retención.

La Realidad Virtual permite una formación autónoma sin el acompañamiento de un profesor/tutor. El alumno gestiona su ritmo de aprendizaje y puede repetir las experiencias tantas veces como quiera hasta sentirse preparado, generándose en él o ella un alto grado de confianza en sus habilidades.